Repetirle lo mismo 17 veces no es un límite.
Es un grito de alguien que no se atreve a actuar diferente. 💣💔

Decirle “tienes que cambiar” no es un límite, es una orden.

“Estoy harta, si no cambias, se acabó” no es un límite, es una amenaza que no cumples.

Llorar, suplicar, reclamar, controlar… no son límites.

Son formas desesperadas de no perder lo poco que te da.

Pero un límite real no suena a reclamo.
Suena a decisión.

No se explica.
No se suplica.
Se aplica.

🎯 Hoy vamos a dejar de perseguir cambios.
Y vamos a empezar a ejercitar nuestro poder.

elcodigodelamor.es
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